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sep
Queso de los Beyos

Los Beyos, un pequeño queso de gran sabor


Hoy os presentamos el Queso Los Beyos, el último de los tres quesos protagonistas del Concurso-Exposición de Quesos y resto de actividades lúdicas y gastronómicas que se celebrarán del 4 al 12 de Octubre en Cangas de Onís.

Este pequeño gran queso debe su nombre al desfiladero de Los Beyos, una espectacular garganta de roca caliza situada en la cuenca alta del Río Sella. El desfiladero, cuya longitud supera los doce kilómetros, discurre entre los municipios asturianos de Ponga, Amieva y el vecino concejo leonés de Oseja de Sajambre y debido a su belleza, se ha convertido en excursión obligada para todos aquellos que visiten la vertiente atlántica de los Picos de Europa.

El Queso Los Beyos, que se elabora en queserías de los tres municipios citados anteriormente, cuenta con una Indicación Geográfica Protegida, que garantiza su calidad y el uso de sistemas artesanales en su producción.

En la elaboración de este queso se usan leches crudas de vacas, ovejas y cabras, pero nunca de la mezcla de alguna de ellas. En la actualidad, la mayor parte del Queso Los Beyos se fabrica con leche de vaca.

Se mezclan las leches recogidas en el ordeño de primera hora de la mañana y en el de la tarde. Se le añade cuajo para proceder a la coagulación y se somete a un desuerado natural. Tras pasarlo a los moldes, las piezas se colocan en estanterías en una habitación con un fuego para ahumarlos ligeramente. Por último, se llevan a un lugar seco y ventilado y se dejan allí entre tres semanas y tres meses para que maduren.

Se trata de un queso pequeño -nunca supera los 500 gramos- de corteza fina, amarilla y rugosa y cuya pasta es amarillo pálido en caso de tratarse de leche de vaca y blanquecina en caso de haberse usado leche de oveja o cabra en su elaboración. La consistencia de la pasta depende en gran medida del tiempo de maduración de las piezas, pero nunca tiene ojos; siempre es dura y compacta y, su textura, cremosa.

Su aroma, suave y con un toque de humo y, su sabor, delicado y algo ácido.

Sin duda un pequeño queso, con una gran personalidad, que junto al Cabrales y al Gamonedo, representa lo mejor, pero nunca lo único, de la oferta quesera asturiana.