Cangas de Onís, bocados del Paraíso
Te recomendamos los mejores bocados para que tu visita a Cangas de Onís te deje un buen sabor de boca, porque Asturias es también un paraíso de la buena cocina.
Materia prima, tradición y amor por el trabajo. Esas son las señas de identidad de la gastronomía del Oriente asturiano. Quesos artesanos, carnes de las mejores reses, caza mayor, truchas y salmones de sus ríos y los productos más frescos de la huerta. Lo difícil aquí es elegir. En este artículo te recomendamos los mejores bocados para que tu visita a Cangas de Onís te deje un buen sabor de boca.
Asturias, además de un paraíso natural, es también un paraíso para los amantes de la buena cocina. La comarca del Oriente asturiano ofrece al visitante buenos ejemplos de ello.
Su ubicación, entre el Mar Cantábrico y los Picos de Europa, en una tierra atravesada por ríos de montaña y con verdes pastos para el ganado, ofrece una materia prima que garantiza el éxito de cualquier plato.
De la huerta, lo mejor es decantarse por los “arbeyos” (guisantes), que en Cangas de Onís cocinan como nadie siguiendo una receta tradicional. Los suelen acompañar de jamón o tocino. Las “fabes”, ya sean las tradicionales con su compango o las que se sirven con mariscos o jabalí, son también exquisitas.
Para los más carnívoros, la carne roja de ternera asturiana es una muy buena elección, pero también cuentan con una fama merecida los guisos de cordero, cabrito o cerdo. Si quieres probar algo distinto, tu opción son las carnes de las razas autóctonas asturianas de “oveya xalda” y “cabra bermeya”, recientemente recuperadas.
El Oriente también es zona de caza mayor y, por lo tanto, un lugar privilegiado para disfrutar de sabrosos platos de jabalí, venado, rebeco o corzo.
De los ríos Sella, Cares y Deva se extraen los mejores ejemplares de salmón, trucha, reo y anguila que luego preparan con gusto en los restaurantes de la zona. Y de las rulas de los cercanos puertos cantábricos, llegan a diario los pescados y mariscos más frescos.
Una buena opción para el postre es pedir una tabla de quesos en la que no pueden faltar un “Gamonéu”, una pieza de Los Beyos o una cuña de Cabrales.
Si buscas algo más dulce, en Asturias se hace el mejor arroz con leche del mundo. Cremoso y con una costra de caramelo. Un regalo para el paladar. Tampoco desmerece el helado Peña Santa, que debe su nombre a una de las cumbres más emblemáticas de los Picos de Europa.
La fabada, el pote asturiano, las verdinas con marisco, el “pitu caleya” (pollo de aldea), el cachopo, la merluza a la sidra o los “frixuelos” (crepes) son algunos de los platos típicos de Asturias que no debes dejar de probar.
Y para los más sibaritas, la comarca oriental cuenta con tres restaurantes que suman cuatro estrellas Michelín.
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